Diario de un Piel: Cándido y Morala culpables

x Miguel Ángel Llana

Persecución al sindicalismo no oficial, como en los viejos tiempos :: El Fiscal pide seis años y medio para el actual Secretario, y para el anterior, de la Corriente Sindical de Izquierda, al personarse como acusación el Ayuntamiento de Gijón, de PSOE-IU.

El Fiscal pide para estos dos dirigentes de la Corriente Sindical de Izquierda (CSI) seis años y medio de prisión por las movilizaciones, desórdenes y daños causados en la vía pública, como consecuencia de las actividades reivindicativas realizadas a favor del Astillero Naval Gijón del que entonces eran representantes sindicales.

Culpables, y mucho, por haber puesto en evidencia tantas veces la creciente desertización industrial ocasionada por la especulación urbanística ejercida sobre los astilleros al borde de la mar, cuyos solares eran tan valiosos y productivos, que como ya dijera el Ministro socialista Solchaga: España es el país donde uno puede hacerse rico más rápidamente. Y no le faltaba razón, pero aquello era sólo el comienzo, el apogeo vendría después.

Culpables de trabajar 35 ó 40 años en un astillero y de mantener la antorcha de las reivindicaciones laborales y la supervivencia del empleo.

Culpables de liderar un sindicato que se financia con las cuotas de sus afiliados y donde las decisiones sólo se toman por los afectados en asamblea –dos diferencias significativas-.

Culpables, sobre todo, de ser la denuncia permanente de los sindicatos serviles y de unas coaliciones de gobierno, municipal y autonómico, orientadas a los “grandes proyectos” en detrimento del tejido industrial y del empleo.

Culpables de liderar un sindicato que ha elaborado un informe donde se denuncia sin rodeos la privatización de los servicios sociales que convierten en puro negocio los derechos básicos incluidos en la Constitución con subcontrataciones millonarias que, en buena parte, se adjudican a dedo, quedando al margen del gobierno autonómico o municipal y, mucho más, cuando las cesiones se hacen por décadas, como es habitual.

Culpables por denunciar la corruptela de los procesos de privatización de los servicios públicos con adjudicaciones a dedo a empresas que quedan fuera de control y bajo la administración de políticos, ex políticos o afines.

Inocentes de la desertización laboral asturiana, causa y origen de la leyenda urbana (emigración masiva de jóvenes), de todo esto, ellos no.

Inocentes de que la corporación municipal, en la que se incluyen dos ex sindicalistas, intenten lapidarlos.

Buen final y buena prejubilación forzosa y premeditada, para quitar de en medio a quienes estorban. Justo premio y honores penitenciarios para el nuevo modelo de delincuentes que, sin duda, animará a los jóvenes y a los que no lo son tanto, a seguir el ejemplo contrario a juzgar por la valoración que esta sociedad tiene –o al menos sus dirigentes- de lo que son la integridad y la solidaridad.

Culpables de no sentirse culpables, de no serlo. Sí, sus lapidadores.

Extraido de: La Haine

Es una pasada que dos hombres por el mero hecho de ser gente que lucha defendiendo sus intereses frente a monstruos que son mas grandes que ellos, tengan que pagar ser personas dignas (con todas sus letras) y conscientes de la realidad que los rodea.